Ya está llegando la primavera y cosas bonitas comienzan a pasar, las personas se enamorar, los árboles florecen, se escuchan a los pajaritos cantar, nacen nuevas amistades y tenemos más antojos de postres delis y frescos para compartir con alguien especial <3
Me encanta utilizar fresas en tortas, bizcochos y postres en general, es una fruta que nos aporta un gran sabor y nos garantizan unas presentaciones encantadoras. Por eso hoy les tengo una receta donde aprovechamos estos beneficios de la fresa, a ponerlo en práctica y enamorar a todo el mundo.
Precaliente el horno a 180 °C. En un bol, bata seis huevos con una batidora eléctrica, y añada 200 gramos de azúcar poco a poco, sin dejar de batir, hasta que la mezcla triplique su volumen. Incorpore la harina y mezcle con movimientos envolventes. Añada una cucharadita de vainilla y el polvo para hornear y vuelva a mezclar. Disponga la mezcla sobre una bandeja con papel mantequilla y lleve al horno durante 20 minutos, hasta que al insertar un cuchillo en el bizcocho, salga seco. Retire y reserve.
Aparte, en un bol, mezcle las yemas, el azúcar y la vainilla restantes con un batidor de alambre. En tanto, caliente la leche en una olla a fuego medio hasta que rompa el hervor. Retire y agregue a la mezcla de las yemas. Mezcle bien, con un batidor de mano, y devuelva a la olla. Cocine a fuego bajo, sin dejar hervir, durante 10 minutos, hasta obtener una consistencia cremosa. Retire del fuego, cuele y reserve.
Aparte, bata la crema de leche con ayuda de una batidora eléctrica y agregue el azúcar en polvo de a pocos, sin dejar de batir, hasta formar una chantilly. Reserve.
Unte el bizcocho con la mermelada de fresas y enrolle, formando un pionono pequeño. Corte en tajadas finas y dispóngalas dentro de un recipiente de vidrio grande, pegadas al borde. Coloque una capa de crema inglesa, una de restos de bizcocho, una de fresas picadas y una de chantilly, y repita el proceso hasta llenar el recipiente. Decore la superficie con fresas y sirva.